A ver... siempre ataco los comentarios de la misma manera, es decir redefino algunos parámetros a mi gusto... si les aburre me dicen!
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Sin querer ponerme demasiado técnico (considerando lo muy poco que sé en este campo). Me permito redefinir dureza como "estabilidad estructural". Alguna vez mi profesor me contó del caso de un luthier francés que construía unos instrumentos de maravilla que sonaban "maduros" ni bien salidos del taller. Este luthier tuvo un éxito considerable por obvias razónes. Lamentablemente uno de los secretos de la sonoridad de los mismos era el escazo espesor de la tapa... a los pocos años de terminados estos instrumentos todos presentaron el mismo problema, su falta de estabilidad. En otras palabras las tapas se hundían vencidas por la presión ejercida por las cuerdas via el puente... el señor luthier tuvo que hacerle frente a un gran número de músicos muy enojados y tuvo que reconstruir e indemnisar un sinfin de contrabajistas iracundos. Y entre otras cosas creo que cambió de profesión...
Hoy en día afortunadamente son más y más los luthiers que logran construir instrumentos de gran calidad como los de los excepcionales maestros de antaño. Dado que nunca antes en la historia hubo tantos luthiers e interpretes, en teoría debiéramos tener una ecuación ganadora. Pero, son muy pocos los músicos que de partida van a comenzar sus estudios con un instrumento de alta calidad... cruda realidad, que se aplica especialmente a los contrabjistas del mundo entero.
De ahí que existan tantas soluciónes intermedias en el mercado, contrabajos en serie (como pueden ser los chinos, o alguna vez lo fueron los Francéses etc.), contrabajos construidos con maderas locales (con mejores y peores resultados), contrabajos construidos con nuevos materiales (como los de fibra de carbono)etc...
Pero el problema que todas estas soluciónes intermedias presentan, esta contenido en su propio nombre... cuantas veces hemos probado un contrabajo chino en el cual las primeras posiciónes sonaban robustas y bien timbradas, y tan pronto llegabamos al talon toda la ilusión acústica se desplomaba... o mismo un contrabajo horríble en el cual la cuerda de Re era un ensueño y el resto... una pesadilla.
Bueno resumiendo un poco... los contrabajos de enchapado son accesible, al menos mucho más que un contrabajo de madera. Tienen probablemente un paleta sonora bastante limitada y sin siquiera cuestionar su durabilidad, probablemente el sonido valla a evolucionar dificilmente. Y mismo con instrumentos de madera de baja calidad valla a suceder algo parecido, pero si somos excepcionalmente afortunados en una de esas el sonido evoluciona bien. (de todas maneras no soy muy creyente de los milagros).
En el mejor de los casos, suponiendo que logramos conseguir un buen luthier y conseguímos buenas maderas. Es cierto que la estabilidad de nuestro instrumento no va a ser equivalente a la de un instrumento de 40 o 100 años de existencia. En dichos caso las maderas están bien añejas y todo el trabajo de "asentamiento" ya se hizo. Es decir que no van a ser tan reactivas a las variantes ambientales (humedad, temperatura presión). De ahí que sea tan valioso un instrumento antiguo y debuenas maderas...
Claro, existen excepciones, lamentablemente dichas excepciones no bajan de las cinco cifras :susto: