Sociedad / Edición Impresa
EL 78 POR CIENTO LOS INTÉRPRETES PADECE UNA LESIÓN CRÓNICA
Con la música a otra parte que me duele
Los que tocan el piano, la guitarra, el violín y el chelo son quienes más se lastiman. Los especialistas advierten que no son cuidados o protegidos como los atletas de alto rendimiento. Y recomiendan que realicen actividades aeróbicas.
28.04.2009
Alta fidelidad. Los músicos deben ejecutar sus instrumentos a velocidades sorprendentes, explican los expertos.
Las exigencias a las que los músicos someten su cuerpo podrían compararse con las de los deportistas de alto rendimiento, según un estudio de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano (AACM). De acuerdo con las estadísticas de esta institución, el 78% de los músicos sufre al menos una lesión crónica a causa de la utilización de instrumentos y las consultas por estas dolencias están en aumento.
?Hacemos esta comparación porque un deportista de alta performance expone su musculatura a un ejercicio más allá de sus límites con movimientos coordinados, rápidos y complejos y un músico es una suerte de deportista emocional que debe tener un estado óptimo para poder mover los dedos a unas velocidades inesperadas?, explica Adriana Pemoff, jefa de la Unidad de Miembro Superior del Hospital Fernández y presidenta de AACM. ?La diferencia es que los deportistas están cuidados por nutricionistas, entrenadores y kinesiólogos mientras que los músicos trabajan en soledad y sin personas que estén a su cuidado?, completa.
De acuerdo con el estudio, que contempló 450 casos de pacientes que consultaron por dolores en sus miembros superiores, el 50 por ciento toca la guitarra, el 29 por ciento el piano, el 10 por ciento el violín y el resto otros instrumentos. ?Los que suelen traer más trastornos son los instrumentos asimétricos, como la guitarra, el violín y el chelo. En rigor, el daño está vinculado con la repetición de un movimiento sin la recuperación del músculo que hace ese movimiento: a esto se lo llama síndrome por sobreuso?, amplía Pemoff y asegura que los que más sufren son los intérpretes de música clásica debido a las exigencias a las que están sometidos.
La especialista aclara que las dolencias por síndrome de sobreuso generalmente son confundidas con tendinitis y la mayoría de los pacientes llegan con este diagnóstico erróneo. Los síntomas específicos son dolores erráticos en todo el brazo que por momentos se pueden centrar en la mano y en otros en el codo o el antebrazo. ?La mayoría de los que llegan a la consulta no son conscientes del esfuerzo que hace su brazo porque no existen las tareas de prevención ni de concientización: en ninguna escuela de música se tiene en cuenta la parte física ni se toma a la actividad como un entrenamiento?, dice la presidenta de ACCM.
En cuanto a la rutina física que los músicos deberían incorporar, desde la Asociación recomiendan tocar por períodos cortos, hacer ejercicios de elongación y descansos cada 25 minutos o cada 40 como máximo, practicar deportes aeróbicos para tonificar la musculatura de manera simétrica y trabajar con musicoterapeutas para mejorar el vínculo con el instrumento.
Pemoff dice que los problemas de las manos del músico son tan antiguos como la música misma, pero que durante mucho tiempo, los desórdenes funcionales de las manos del músico fueron menospreciados por falta de conocimiento de las diferentes patologías, por desconocimiento del tratamiento y por considerárselos inducidos por problemas psicológicos. También fueron ignorados por los mismos músicos, al no querer aceptar la posibilidad de no tener la suficiente habilidad para desarrollar su carrera artística.
?Actualmente, hay muchas más consultas. El tema es que antes estaban desparramadas en diferentes médicos y ahora están llegando directamente a los especialistas de cirugía de mano. Nuestra intención es que la comunidad musical empiece a prevenir este tipo de trastornos?, concluye
